Actualmente, en Portugal, si se pretende transformar el crowdfunding en una actividad empresarial, es imprescindible obtener la autorización correspondiente. Esta obligación no se aplica a las personas que simplemente utilizan estas plataformas. Sin embargo, debido al carácter emprendedor de esta iniciativa, se establece un paralelismo con las operaciones bursátiles, lo que justifica la adopción de medidas regulatorias. El crowdfunding en Portugal comenzó a abordar esta cuestión en 2015, destacando la promulgación de una nueva ley en ese periodo, alineada con la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios portuguesa. Este movimiento legislativo consolidó la idea de que el crowdfunding guarda una estrecha similitud con las iniciativas de tipo bursátil, aspecto que se analiza a continuación.
Recaudación pública de fondos
Portugal, en consonancia con sus homólogos de la Unión Europea, ha trazado una vía hacia la creación de una normativa propia para las actividades de recaudación, armonizándola con los acuerdos internacionales más amplios de la UE. Se ha propuesto una definición más clara de la recaudación pública de fondos, que abarca todas las contribuciones voluntarias integradas dentro del ámbito de las iniciativas de inversión. Al analizar el panorama nacional, las formas de participación se manifiestan mediante las siguientes modalidades:
- La filantropía a gran escala, donde los individuos aportan fondos a un proyecto prometedor sin esperar beneficios económicos posteriores;
- La generosidad vinculada a posibles recompensas no monetarias. Por ejemplo, un desarrollador de videojuegos puede ofrecer privilegios exclusivos a quienes apoyen el proyecto, como incluir sus nombres en los créditos o incorporar ideas sugeridas en el juego;
- Una modalidad híbrida entre donación y préstamo. Los participantes aportan fondos con la expectativa de un eventual reembolso. Movidos por la confianza en los proyectos y el deseo de verlos concretarse, brindan apoyo financiero con la esperanza de recuperar su inversión más adelante, posiblemente acompañada de incentivos adicionales que fomenten la participación;
- La recaudación pública de fondos basada en modelos de inversión. En esencia, se asemeja a las operaciones bursátiles: los individuos invierten capital en proyectos, obteniendo una participación accionaria que puede apreciarse y revenderse. Esto trasciende las simples donaciones públicas, introduciendo una dimensión de compromiso financiero con los proyectos.
Requisitos legales y regulatorios
La estructura jurídica de Portugal se entrelaza estrechamente con el amplio marco legal europeo, complementándolo con directrices nacionales adicionales. Analizar las complejidades de iniciar de forma totalmente legal una actividad de recaudación de fondos o de establecer una plataforma que gestione estas operaciones desde entidades externas requiere una revisión detallada. Los principales requisitos incluyen:
- El registro ante la CMVM es obligatorio: La plataforma de crowdfunding en Portugal debe inscribirse en la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios, la autoridad encargada de la supervisión y el control de las actividades de financiación participativa en el país. La inscripción exige el cumplimiento de regulaciones claramente definidas;
- La transparencia es fundamental: Las plataformas están obligadas a proporcionar información clara, precisa y accesible sobre los proyectos o entidades que solicitan apoyo financiero, así como sobre los riesgos asociados. Esto incluye detalles sobre los objetivos del proyecto, la utilización de los fondos, los riesgos de inversión y los procedimientos de reembolso;
- Se establecen límites financieros: La legislación fija topes para las cantidades que pueden recaudarse en cada caso. Por ejemplo, en el crowdfunding de inversión, el límite máximo es de 2,5 millones de euros. Estas restricciones se diseñan para proteger a los inversores y evitar una concentración excesiva de recursos en proyectos específicos;
- La protección de los intereses es prioritaria: El marco legal busca salvaguardar a los inversores mediante la transparencia. Las plataformas deben evaluar la idoneidad de las inversiones para cada persona, garantizando que comprendan los riesgos implicados. Además, en determinadas circunstancias, los inversores pueden tener derecho a retirar su inversión y recibir el reembolso del monto aportado.
Ventajas
Las iniciativas de recaudación pública de fondos destacan como una solución ingeniosa, no solo dentro de la Unión Europea, sino a escala global. En los casos en que un innovador posee una idea brillante pero carece de los recursos financieros necesarios, recurrir a la financiación colectiva se convierte en una alternativa viable, aunque sujeta a ciertas condiciones. Este camino resulta más seguro que optar por un préstamo, ya que evita la imposición directa de intereses. Incluso si el proyecto no llega a concretarse, las implicaciones legales y fiscales resultan mucho menos gravosas que las asociadas a los préstamos tradicionales. Una situación similar se presenta para quienes desean ver materializada una creación, pero no están dispuestos a realizar grandes inversiones en un desarrollador desconocido. Las pequeñas aportaciones, que en conjunto conforman una suma considerable, se convierten en un medio eficaz para apoyar proyectos específicos.
Reflexión final
La estructura legal del crowdfunding en Portugal establece un conjunto de normas y obligaciones que buscan equilibrar el fomento de la financiación colectiva con la protección de los inversores. Las plataformas, los promotores de proyectos y los propios inversores deben familiarizarse con estas regulaciones y cumplir cuidadosamente con sus responsabilidades legales. Para obtener una comprensión más detallada y actualizada de este ámbito, se recomienda revisar la legislación vigente y consultar con expertos jurídicos.
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